EL DIAGNÓSTICO DE JUAN CARLOS

A Juan Carlos le diagnosticaron esófago de Barrett durante una endoscopia rutinaria. Una biopsia de seguimiento empeoró las noticias: también tenía displasia de alto grado, lo que quería decir que esa parte de su esófago se estaba volviendo cancerosa.

EL RIESGO DE CÁNCER

El esófago de Barrett es una enfermedad en la que el daño en el revestimiento del esófago desemboca en un crecimiento anormal de las células, lo que puede llevar a cáncer de esófago.

Según el doctor José Miguel Esteban, jefe del departamento de Endoscopia en el Hospital Clínico San Carlos y en el Hospital Ruber Internacional de Madrid (y médico de Juan Carlos), muchas personas sufren de esófago de Barrett sin saberlo. Puede que sientan síntomas de ERGE de 10 a 20 años, pero no se los toman lo suficientemente en serio como para pedir tratamiento. Cuando al final se hacen una endoscopia rutinaria, como fue el caso de Juan Carlos, descubren que tienen esófago de Barrett.

“El problema”, declaró el doctor Esteban, “es que cuando la gente finalmente viene a hacerse una biopsia, nos encontramos con displasia de alto grado, que es el paso anterior al cáncer”.

TRATAMIENTO DE ESÓFAGO DE BARRETT CON ABLACIÓN POR RADIOFRECUENCIA

El primer médico que vio a Juan Carlos le dijo que la única solución posible para su esófago de Barrett era la cirugía, pero que había un 20 % de probabilidades de que muriera durante la operación. A Juan Carlos no le gustó ese porcentaje, por lo que se puso a investigar en Internet. Se puso en contacto con otros pacientes de esófago de Barrett y se enteró de un tratamiento llamado ablación por radiofrecuencia (RFA).

“Me di cuenta de que la ablación por radiofrecuencia podría ser la salvación de mi enfermedad”, dijo Juan Carlos. Tras buscar un poco más, descubrió que había un hospital en Madrid, a dos horas de su casa, que realizaba procedimientos de RFA. Se puso en contacto con el doctor Esteban para recibir el tratamiento.

La RFA es un tratamiento de endoscopia que usa calor para extirpar el tejido afectado por el esófago de Barrett. El tratamiento se realiza en solo 20 o 30 minutos y se da el alta a los pacientes 3 o 4 horas después con recomendaciones para la dieta y medicación. Tras 10-12 semanas, volverán para un segundo tratamiento. De media, son necesarios dos tratamientos para quitar todo el tejido dañado por el esófago de Barrett.

“Paradójicamente, tras un desalentador diagnóstico inicial, mejoraron mis perspectivas”, declaró Juan Carlos. “El doctor Esteban me dijo: ‘Tranquilízate, hay un tratamiento mínimamente invasivo para el esófago de Barrett. No te preocupes más. Vamos a tratarte’”.

La información y los recursos de este sitio no se deben usar como reemplazo de la consulta con el médico. Habla siempre de la información del tratamiento y el diagnóstico, incluidos los riesgos, con el médico. Ten en cuenta que todos los tratamientos y los resultados obtenidos son específicos del paciente individual. Los resultados pueden variar.